En el camino hacia la pérdida de peso, es común encontrarse con una serie de creencias que pueden parecer restrictivas y difíciles de seguir. Estas son algunas de las más comunes:
«No puedes beber alcohol.»
«No puedes comer alimentos con carbohidratos.»
«No puedes comer postre.»
«Tienes que desayunar.»
«Tienes que renunciar a tu vida social.»
«Tienes que hacer ayuno intermitente.»
La verdad es que todos los alimentos y bebidas pueden encajar en tu plan de pérdida de peso. Lo más importante es el total de calorías, la combinación de determinados alimentos y su calidad. No hay comidas «prohibidas«. Es posible hacer espacio en tu plan para cualquier alimento que te guste, siempre y cuando sepas equilibrar tu ingesta general.
En lugar de enfocarnos en lo que no puedes comer, vamos a centrarnos en cómo puedes incorporar estrategias para mejorar tu alimentación y lograr tus metas de manera sostenible. ¡No se trata de contar calorías obsesivamente, sino de aprender a hacer elecciones más saludables!